Gestión del trabajo, hoy Seguridad

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Estamos acostumbrados a producir, como prioridad, como objetivo principal. Y continuamente seguimos la inercia de la producción sin detenernos demasiado a contemplar cuestiones que nos afectan en forma esporádica o fortuita, y solo nos ocupamos tras haber sufrido algún evento en nuestra empresa u organización.

Numerosos casos de accidentes hacen que en el sector normalicemos situaciones dolorosas, pérdidas económicas, de capacidades de los operarios o hasta incluso riesgos de muerte. 

Tenemos el mal hábito de romper rutinas, para “ganar tiempo”, para desocuparnos antes, o llegar con la tarea realizada al final del día. No existe una o dos causas que expliquen la cantidad de posibilidades de accidentes permanentemente, sino que son cuadros más complejos, falta de organización, de capacitación, de respeto hacia nuestro propio cuerpo incluso por nombrar algunos de los factores que nos predisponen a sufrir este tipo de eventos negativos.

El factor humano y la falta de mantenimiento suelen ser los principales causantes de siniestros. No tenemos una cultura de acatar las normas de seguridad, y las empresas que quieran permanecer y mejorar deben tomar con mayor compromiso éste ítems y revertir lo expuesto.

Es muy recomendable llevar registros, aunque no sea tan común en las empresas agropecuarias, es momento de empezar a hacerlo. 

Hay una cuestión humana sobre la seguridad de las personas que prima en este tema, pero también hay un claro componente económico que necesariamente debemos tomar en consideración. Para graficar esto me permito citar un ejemplo.

Un operario se golpea un dedo de la mano, tratando de sacar una cubeta de un bolillero de la rueda. Posible fractura. Tenemos un seguro donde inmediatamente denunciamos el siniestro o accidente, acudimos con el operario a un centro de salud, efectivamente tiene fractura, le indican reposo, seguimiento de traumatólogo, cierta cantidad de sesiones de kinesiología para rehabilitación hasta que lo evalúen profesionales de la aseguradora, indicando si existe o no un daño o incapacidad permanente, lo que generaría una compensación económica por parte de la misma. Ahora bien, la aseguradora nos reconoce el gasto de jornales por un operario que sustituye al “titular”, pero resulta que a ese reemplazo hay que formarlo, para que pueda tomar el puesto o tarea de la persona accidentada. Esto incluye las horas hombre de un supervisor dedicando su tiempo a formar y acompañar al suplente. Mas los costos de alguien inexperto haciendo esa tarea. Es decir, incurrimos en costos ocultos, además del malestar de nuestro colaborador. Entonces, claramente aun teniendo seguros impacta en forma muy negativa tener este tipo de eventos en nuestra empresa. Es más barato o menos oneroso, formar y capacitar a nuestros operarios en medidas de seguridad. 

Las empresas que pretendan ser exitosas en todo el concepto de la palabra, deberían tener planes de capacitaciones al respecto. Sobre uso de la maquinaria, mantenimiento, cuidados personales, sobre terceros, de cómo actuar en posibles accidentes para evitarlos o incluso si lamentablemente ocurren, cómo ser efectivos en nuestras acciones hasta que personal capacitado nos puedan asistir.

Es común que no tengamos protocolos de evacuación, por ejemplo, en las empresas agropecuarias, o formación de primeros auxilios, ni siquiera de cómo usar correctamente un extintor. 

Además, no siempre tenemos los extintores supervisados, colgados en sus respectivos lugares, o señalizados como deberíamos. Podríamos aprender de la industria, que de alguna manera han evolucionado en mayor medida en este aspecto. 

Trasladamos combustibles en bidones que originalmente han sido para otro fin, almacenamos ese combustible en diferentes lugares del taller, viajamos dentro de los campos con personas en la caja de las camionetas, solo por dar algunos ejemplos. No hacemos los chequeos de rutina antes de operar una máquina, no damos aviso de mal funcionamiento de elemento de protección, ya sea en mecánica o en electricidad. 

El empleado rural se ha caracterizado por ser rústico, no hace falta que hagamos un culto de ello. Cambiaron muchas cosas desde los inicios de la producción en la Argentina, pero en los últimos años los ciclos son muchos más rápidos y hay que adaptarse a los nuevos sistemas. 

Tenemos que enfocarnos. No hace falta retomar el impulso después de un accidente. Tenemos que estar atentos a los incidentes que nos pueden alertar de los peligros que luego puedan pasar a ser eventos realmente tristes y costosos.

Alguien en nuestra empresa debe ver por estas cuestiones. Si nos es imposible, podemos tercerizar el servicio. Ya hay disponibles excelentes profesionales que se especializan en esta materia.

Quizás no evitemos todos los posibles accidentes, pero debe ser un objetivo propuesto y asimilado en todos los miembros de nuestra organización, incluso por contratistas y proveedores con quienes convivimos permanentemente. No dejamos de ser responsables solidarios de cualquier cosa que pase en nuestro campo.

Periódicamente debemos destinar parte de nuestro tiempo a revisar lo expuesto, siempre se va sumando gente al equipo y todos debemos estar en la misma línea.

Siempre es más barato tomar precauciones y capacitarnos. A veces requiere inversiones, se pueden planificar y dar prioridad a través de la gestión del tema. Pero si no elaboramos registros, sino nos profesionalizamos en este tema también quedaremos librados a la suerte o el azar de la posibilidad de ocurrencia o no de este tipo de eventos tan costosos en todo concepto.

He vivido situaciones de falta de planificación al punto que una ambulancia por ejemplo no podía ingresar por el guardaganado y las tranqueras con llave, o no existir botiquín por ejemplo. 

Las políticas de prevención de accidentes están normadas, hay que bajarlo a nivel campo. El registro de entrega de elementos de protección debe estar al día y firmado. Los elementos deben ser homologados a tal fin y revisada su fecha de vencimiento. Sabemos que a veces hay grises, por ejemplo, el calzado de los operarios de a caballo, pero con buena predisposición de ambas partes se pueden lograr avances importantes al respecto. 

Reitero que debe estar en conciencia de todas las personas de la empresa y quienes están vinculados con ella directa o indirectamente. 

Hacer un diagnóstico, trazar un plan de adecuación y también si hiciera falta, de inversión, de capacitaciones y demás, para que logremos una empresa mas sustentable y segura. 

Autor: Lic. Luciano Burcaizea ✅

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