Papel versus nube…

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Lo difícil que puede ser explicar algo abstracto para quienes nos formamos antes de la era digital. De alguna manera el gran cambio de paradigma en el agro es ese, ¡convivir en paralelo con lo virtual o con la nube!

El desafío está en tratar de subirnos a la era digital con los recursos que tenemos, es decir pasar de la instancia donde creíamos en lo que veíamos, ¡a depositar en “UNA NUBE” la información más sensible de nuestras tareas! 

La búsqueda de información o en realidad la búsqueda de datos estaba dada a partir de lo que era real, se podía ver y palpar, de ahí, de un hecho biológico o de alguna cuestión a campo, se traducía en un remito, en una libreta, en un cuaderno o en una planilla impresa después, cuando no eran los antiguos partes diarios que se iban haciendo en el campo, por el Capataz, el Mayordomo o hasta por el Escribiente, tres figuras que han dado origen a otras nuevas en el organigrama moderno, dejando las anotaciones de lo que ocurría en la diaria en formatos diversos.

Por lo cual es indispensable de alguna manera entender cómo fue ese cambio que se fue dando -cómo en la fábula de la rana que está en la olla que se va calentando- fue tan lentamente quizás que no nos dimos cuenta que debemos ser conscientes de estas modificaciones. Las actividades se volvieron diferentes. La dinámica es diferente. Los tiempos de los procesos se acortaron y los ciclos son más rápidos. 

  Y de pronto nos encontramos con la prisa que significa la tecnología al servicio la tecnología. Se fue haciendo un mundo paralelo que es el mundo virtual. El cual deberíamos abordar con todo nuestro equipo desde la tarea más básica hasta la más compleja. ¿Para qué? Para lograr de alguna manera llegar en tiempo y forma a procesar esa cantidad o ese cúmulo enorme de información que se da a partir de los registros.

Cada acción que se da al campo debe quedar registrada, y queremos de alguna manera, ir dejando bases firmes, sólidas para luego procesar esa información y lograr un análisis contundente, en función de ese análisis desarrollar un diagnóstico, y en función de ese diagnóstico poder trazar un plan o hacer un planeamiento (o un programa incluso) que pueda resolver los conflictos o las cuestiones que hemos de alguna manera, detectado en el análisis y en el diagnóstico

Por lo cual como he dicho en algún otro momento o expresado es muy importante que el hecho físico real productivo esté dentro de los protocolos, esté dentro de los procesos que tenemos diseñados, que eso se cumpla, que tengamos un manual de buenas prácticas y que no nos alejemos demasiado en la forma que llevamos adelante esa cuestión física.

Ahora, de la misma manera y con el mismo celo debemos tratar continuamente de levantar esa información en el ese instante (o lo más parecido al instante que fue consumado).

Esas operaciones o actividades, debemos registrarlas para que la información sea lo más verosímil posible, a medida que yo me alejo en tiempo de la ocurrencia tengo más posibilidades, de alguna manera, de qué ese flujo empiece a ser menos confiable y es como la materia prima, si yo tengo mala materia prima mi producto va a ser malo, por lo cual como digo es primordial, es indispensable que yo cuide la instancia de la toma de datos, que acompañe al personal, a mi subordinado, a mi colaborador, que se haga a conciencia, porque es un simple dato, es anotar cuántos kilos le sobraron, es anotar cuántos kilos llegaron de determinado producto o insumo, es anotar cuántas cabezas se corrieron de un corral a otro y qué día, es anotar qué día se murió tal animal y de qué, es anotar la fecha de siembra, anotar qué productos sobraron o que insumos sobraron que estaban asignados a una determinada actividad y por alguna cuestión no los usé, pero ya los tenía asignados.

Entonces hay que aceitar o afinar esa toma de datos, tan importante como la cuestión productiva que generalmente nos atrae tanto, nos absorbe nuestro tiempo y vamos dejando relegado el remito que llegó al campo,  sentarnos  a revisar  nuestros estados de cuenta o resúmenes, con cada una de las agronomías, de las ventas de insumos y demás. 

Y tenemos nuestra propia gestión, en el sentido de no estar pendiente de qué cuenta llevan los demás sobre nosotros, nuestros estados de cuenta tienen que ser impecables y sentarnos a revisarlos muchas veces, cuando hacemos canje, cuando de alguna manera tenemos operaciones de un lado y de otro, cuando yo pago con producto, etc. Este tipo de cuestión hay que llevarla al día, para evitar malos entendidos o suspicacias, para evitar de alguna manera que pueda alguna de las partes verse afectada por la falta de información.

Tenemos que revisar de qué manera yo capacito a las personas que trabajan en mi equipo sobre estos temas. Cuando tengo la intención de que alguien tenga que tomar datos y pasarlos o levantarlos como solemos decir en la jerga del campo. Tengo que mostrar adonde llegara ese dato, para que lo voy a usar, qué importancia tiene, cuáles son los tiempos, con qué precisión y con qué periodicidad los tengo que tomar, y a quien voy a asignar el día que esa persona esté de vacaciones, este de franco, sea fin de semana o cualquier otra cuestión que no me deje tomar esa información con la persona que la tomaba siempre, en quién va a recaer esa responsabilidad. Tenemos que salir del concepto de qué está trabajando quien está transpirado, lo he dicho en otros artículos y no me canso de decirlo.

Juntamos esos datos, para que después de procesados, sean información, lo más precisa posible, es tan importante como que la hacienda tome agua, como que el cultivo esté con los controles o los cuidados de malezas, de insectos y demás en tiempo y forma.

Es loable también de alguna manera ir de menos a más, en el afán de dejar tanta información, para después clasificar y seleccionar sobre qué puntos nos vamos a concentrar, quizás caemos en la tentación de qué la cuestión administrativa nos vuelva burócratas y nos desenfoque de alguna manera del equilibrio entre la cuestión productiva y la cuestión de administración, de toma de datos, para transformar eso en información, entonces con el tiempo, a medida que los protocolos de alguna manera se van a afianzando, que todos entendemos cuáles son las mejores formas, independientemente de los actores que están en cada acción o en cada tiempo. Que queden protocolos o manuales de buenas prácticas, que solamente se vayan mejorándose año a año, con que reformemos esos protocolos para enriquecerlos o para hacerlos más eficientes, para hacerlos más claros. En el término de algunos años vamos a tener procesos mucho más ajustados, de la misma manera, el trabajo paralelo de ir continuamente dejando sentado todo lo que va surgiendo, como análisis, y lo que podamos hacer como devolución o feed back de las campañas, todo eso que va quedando escrito que esté disponible, que es el segundo desafío tan importante, no solamente tengo que lograr un cúmulo importante información, sino, que por otro lado, cada vez que una decisión pueda usar de ese cúmulo, esté disponible, que es fundamental y básico para cualquier toma de decisión en una empresa moderna.

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